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El aparato digestivo

El aparato digestivo es el encargado de recibir alimento, para luego descomponerlo en nutrientes y enviárselo a las células a través de la sangre para que los utilicen en sus procesos metabólicos. Está formado por el tubo digestivo, que, por definición, es un tubo muscular hueco que conecta la boca con el ano. Aunque dicho así suena un poco raro, ¿no? Bueno, para que no haya dudas sobre lo que quiere decir esa frase, he hecho este dibujo del tubo digestivo en el que, de paso, señalo sus distintas partes.

La digestión

La digestión es el proceso en el que se transforman los alimentos en nutrientes para que estos sean enviados posteriormente a las células. En teoría, lo más correcto es decir que la digestión empieza en el estómago, pero yo voy a contar la preparación anterior de los alimentos en la boca como parte del proceso digestivo.

 

Bueno, repito lo que ya dije en el párrafo anterior: antes de alcanzar el estómago, los alimentos deben prepararse en la boca para ser digeridos. Para ello, se realizan tres procesos: la insalivación, la masticación y la deglución.

La insalivación

Básicamente, la insalivación es la acción de mezclar el alimento con la saliva. Por eso, para poder hablar de este proceso, lo primero es saber qué es la saliva. La saliva es un líquido de consistencia acuosa que segregan las glándulas salivares*. Está compuesta principalmente por agua, pero también por mucina, calcio, algunas enzimas (como la amilasa y la lisozima), y otras sustancias que prefiero no incluir para no resulte tan difícil de entender.

 

Las funciones de la saliva son las siguientes:

  • La mucina es una sustancia mucosa que lubrica el alimento, facilitando el paso del bolo alimenticio a la laringe y al esófago sin dañarlos.

  • Utilizando la lisozima, destruye algunas de las bacterias que hay en los alimentos. De esta forma, protege a la boca de las infecciones y ayuda a proteger los dientes de enfermedades como las caries.

  • Comienza la digestión de las moléculas de almidón y las transforma en azúcares más sencillos utilizando la amilasa. También hay una sustancia llamada lipasa que inicia la digestión de las grasas.

 

Esas son las funciones relacionadas con la digestión, pero tiene muchísimas más: lubrica la cavidad oral, mantiene su pH, es capaz de ayudar en la cicatrización de la epidermis, y muchas otras cosas más.

La masticación

La masticación es un proceso mecánico en el que se trituran los alimentos para facilitar su digestión. Los encargados de esta tarea son los dientes, que por definición son unas piezas compuestas principalmente de calcio y flúor que están situadas en la cavidad bucal. Dependiendo su forma y de la función que desempeñan, los dientes pueden ser de cuatro tipos diferentes:

  • Incisivos: Cortan los alimentos.

  • Caninos (colmillos): Los desgarran.

  • Premolares y molares: Los trituran y los desmenuzan.

 

 

Los primeros dientes nos salen cuando somos bebés, y se nos empiezan a caer a los 5 o 6 años de edad aproximadamente. El conjunto de estos dientes recibe el nombre de "dentición de leche", consta de veinte piezas y carece de molares. Posteriormente, estos dientes serán sustituidos por la dentición definitiva, compuesta de treinta y dos piezas (4 incisivos, 2 caninos, 4 premolares y 6 molares).

La deglución

Cuando el alimento se ha triturado y se ha mezclado con la saliva, pasa a llamarse "bolo alimenticio". La deglución es la acción de tragarse dicho bolo, es decir, de empujarlo con la lengua hacia la faringe. Tras eso, el bolo pasa al esófago para después acabar en el estómago.

 

Al tragar, cerramos el orificio superior de la laringe inconscientemente para impedir la respiración. Si no lo hiciéramos, el bolo alimenticio se introduciría en las vías respiratorias y podría llegar causar asfixia.

 

En el siguiente dibujo se muestra el movimiento de la lengua al tragar.

Formación del quimo

Tras la deglución, el bolo alimenticio avanza por el esófago hacia el estómago. Esto es posible gracias al movimiento provocado por las contracciones de las paredes del esófago, que recibe el nombre de "movimiento peristáltico".

 

Una vez ha pasado por el esófago, el bolo alimenticio pasa por el cardias y llega hasta el estómago, donde permanece entre tres y cuatro horas. En ese tiempo, el bolo alimentico se mezcla con el jugo gástrico y se transforma en una pasta llamada quimo.

 

El jugo gástrico es una sustancia segregada por las glándulas de la pared interna del estómago. Está formado principalmente por pepsina y ácido clorhídrico (HCl).

  • La pepsina es una enzima que inicia la digestión de las proteínas, rompiéndolas en fragmentos más pequeños (péptidos).

  • El ácido clorhídrico es necesario para activar la pepsina, ya que normalmente se encuentra inactiva. Además, también se ocupa de destruir las bacterias que hayan podido alcanzar el estómago junto con el alimento.

 

Cuando esta sustancia se vuelve lo suficientemente líquida y ácida, pasa al intestino delgado a través del píloro.

Formación del quilo

El intestino delgado es un tubo que comienza en el píloro y acaba en la válvula ileocecal, que es la válvula que lo conecta al intestino grueso. Mide entre seis y siete metros y está dividido en tres tramos: el duodeno, el yeyuno y el íleon.

  • El duodeno es el primer tramo, mide unos 25 centímetros y tiene una forma que recuerda a un asa o una herradura.

  • El yeyuno es el tramo central y el más largo de todos.

  • El íleon es el tramo final y está conectado al intestino grueso.

 

El intestino delgado está revestido por la mucosa intestinal, cuya función es seleccionar y absorber los nutrientes que pueden pasar a la sangre. Además, las glándulas de la mucosa intestinal secretan el jugo intestinal, una sustancia que contiene enzimas capaces de digerir todos los tipos de nutrientes.

 

Una vez el quimo ha llegado al intestino delgado, entra en contacto con las secreciones intestinales y las sustancias vertidas por el páncreas y el hígado.

 

El páncreas es una glándula alargada que está situada en la parte superior del abdomen, detrás y debajo del estómago. Es de un color rosa claro grisáceo en estado de reposo, pero al llevar a cabo sus funciones relacionadas con la digestión, adquiere un color rosado más oscuro. Desempeña dos funciones:

  • Produce insulina y glucagón, dos hormonas que regulan la cantidad de glucosa del medio interno.

  • Segrega el jugo pancreático, que se vierte al intestino delgado (concretamente, al duodeno) a través de la ampolla de Vater o ampolla hepatopancreática, que es un conducto que conecta el hígado y el páncreas con el duodeno. Contiene bicarbonato sódico y enzimas con la capacidad de digerir los distintos tipos de moléculas que se encuentran en los alimentos.

 

El hígado es un órgano con múltiples funciones, pero no todas están necesariamente relacionadas con el proceso de digestión. Está situado en la parte superior derecha del abdomen y es de un color rojo púrpura muy oscuro debido a toda la sangre que contiene.

 

Una de sus funciones en el proceso digestivo es producir la bilis que, al igual que el jugo pancreático, se vierte al duodeno a través de la ampolla de Vater. Sin embargo, esta sustancia no se secreta continuamente. En su lugar, se va almacenando en la vesícula biliar hasta que el alimento llega al intestino, y es entonces cuando se libera.

 

La bilis no contiene enzimas digestivas, a diferencia del jugo gástrico y pancreático. En su lugar, se compone en parte de unas sustancias llamadas sales biliares, cuya función es emulsionar las grasas para favorecer la acción del jugo pancreático e intestinal.

 

Aparte de las funciones digestivas que tiene el hígado, también se ocupa de destruir las moléculas tóxicas que entran en el organismo. Estas moléculas están presentes en sustancias como los  medicamentos o las bebidas alcohólicas.

 

Cuando el quimo se mezcla con el jugo intestinal, el pancreático y la bilis, pasa a llamarse quilo.

La absorción de nutrientes

Como ya hemos visto, durante el proceso de digestión tienen lugar una serie de reacciones químicas que  descomponen al alimento en nutrientes. Debido a la acción de las distintas enzimas, los alimentos se reducen a moléculas más pequeñas para ser utilizadas como nutrientes por las células, que luego los utilizan como fuente de energía o para fabricar nuevas moléculas.

 

La absorción es el paso de los nutrientes a la sangre. Tiene lugar en las vellosidades intestinales, que son unos repliegues que se encuentran por toda la superficie del intestino delgado. Presentan una gran cantidad de capilares sanguíneos que se ocupan de recoger los nutrientes obtenidos tras la digestión. Y no solo eso, sino que las vellosidades a su vez presentan otros pliegues más pequeños llamados microvellosidades en la capa más cercana a la luz intestinal (la cavidad del interior del intestino).

 

El agua, las sales minerales, las vitaminas (que no necesitan ser digeridas) y los nutrientes obtenidos en tras la digestión atraviesan la mucosa del intestino y llegan hasta los capilares sanguíneos, donde se incorporan a la sangre. Sin embargo, los productos de la digestión de las grasas deben pasar primero por el sistema linfático antes de llegar a la sangre, pero ya hablaremos de eso más adelante.

 

En total, la superficie de absorción (contando todos los pliegues) mide aproximadamente 400 m2. Además, tiene tan alta capacidad de absorción que pueden pasar aproximadamente un millón de moléculas de glucosa por segundo en tan solo un centímetro cuadrado.

La absorción de agua y sales minerales y la egestión

Una vez se han absorbido todos los nutrientes, los restos de alimento que no han sido digeridos atraviesan la válvula ileocecal hasta llegar al intestino grueso. El intestino grueso tiene mayor diámetro que el intestino delgado (3cm - 7cm), mide entre 1m y 1,5m de longitud y no tiene vellosidades. Está dividido en tres tramos: el ciego, el colon y el recto.

  • El ciego es el primer tramo y tiene una pequeña prolongación, el apéndice.

  • La función del colon es desarrollar las bacterias que constituyen la flora intestinal. Estas bacterias actúan como defensa para el organismo, ayudan al funcionamiento correcto del aparato digestivo,  facilitan la absorción de minerales y colaboran en la producción de vitaminas como la K y la B12. Esta porción se divide a su vez en otros tres tramos: el colon ascendente, el colon transverso y el colon descendente.

  • El recto es el último tramo del intestino grueso y desemboca en el ano.

 

Aunque es cierto que en el intestino delgado se absorbe una parte del agua, la mayor parte se absorbe en el intestino grueso junto con las sales minerales. Además, los residuos de la digestión también se compactan en el intestino para formar las heces fecales, que avanzan gracias a los movimientos peristálticos del intestino hasta ser expulsados al exterior a través del ano. Esta acción recibe el nombre de egestión o defecación. Las heces también contienen células de la mucosa intestinal y bacterias.

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